INTERÉS GENERAL
La celebración despierta polémica y preocupación por el consumo de alcohol y el estado en el que algunos chicos llegan a la escuela
Publicada el Lunes 5 de Marzo de 2018
Es un día que tenemos para festejar, por eso nos juntamos todos y nos vamos a quedar toda la noche cantando, tomando y bailando", le dijo un alumno de sexto año de un colegio de La Plata a la profesora Daniela Leiva Seisdedos. "Nosotros hacemos murga toda la noche en Parque Rivadavia y llevamos pirotecnia. Mis viejos me dejan, pero no podemos tomar alcohol", cuenta un alumno de una escuela privada de Caballito, mientras sonríe de manera cómplice.
El año pasado se viralizó un video donde se veía a la rectora de la escuela secundaria Media Nº 3, de Misiones, Susana Marcollini, pedirle a los alumnos de quinto año que no entren a la escuela en mal estado. "¡No puede ser que entren así cuando estamos haciendo el acto de comienzo del ciclo lectivo! Los padres de los alumnos de primer año se llevan a los chicos porque me piden garantías de que ustedes no entren a la escuela. ¿A ustedes les parece que esa es una situación lógica?" suplicaba la docente, intentando llamar a la cordura a los alumnos.
Los primeros festejos de UPD comenzaron en el interior, más precisamente en las provincias de Mendoza y San Juan, y rápidamente se extendieron a las escuelas del resto del país, principalmente en las privadas.
La idea del festejo consiste en reunirse, disfrazarse, llevar aerosoles con espuma y cotillón, pintarse la cara y pasar la noche en vela para llegar a la escuela el Primer Último Día de clase sin dormir.
El rito se convirtió en un problema cuando los chicos comenzaron a consumir alcohol, a realizar actos de vandalismo en las casas vecinas, cortar calles y a tirar pirotecnia en plazas y parques, lo que trajo aparejada una serie de quejas del resto de la comunidad.