Jáchal llora a un querido locutor que murió de Covid

Era uno de esos pocos “bonachones” que transitaba por los caminos de nuestras vidas, de las vidas de quienes tuvimos el gran honor de conocer a un ser extremadamente maravilloso. De esas personas que desconocían el término “no”, para él no existía porque siempre estaba a disposición de familia, amigos, conocidos y desconocidos. Quizás fue por eso que eligió esa hermosa profesión, la de estar en los medios, para estar cerca de la gente; sumado a ese don de la voz, gruesa, pero a la vez cariñosa y agradable, que resonaba diariamente desde los micrófonos de Radio Nacional.

Muchos años en el rubro, desde aquellas transmisiones deportivas que le generaban unas pocas monedas en concepto de publicidad, pero lo hacía por pasión, esa misma pasión con la que se desarrollaba como padre de familia, baboso con sus pequeños, cariñoso como nadie y un león para defenderlos.

Solidario con sus amigos, sus compañeros de trabajo lo recordamos como la persona a quien acudíamos siempre, porque jamás… pero jamás en serio… decía que no podía.

Así era Fabri, un “gordo” hermoso, un ser irremplazable, un vacío que quedará así… vacío… imposible de llenar, pero dejó el mejor legado de todos, una enseñanza a través de sus acciones… se puede ser buena persona… sí… se puede!!!

Hasta siempre Baby… te recordaremos siempre!!!