LOCALES

CALLE MÉXICO: liberada por la policía y olvidada por dos municipios

Une Rawson y Santa Lucía, pero la precariedad de los servicios y la inseguridad acechan a diario.

Publicada el Domingo 22 de Mayo de 2022



CALLE MÉXICO: liberada por la policía y olvidada por dos municipios

Calle México es una arteria que nace en el acceso Este, en Santa Lucía, y recorre unos 1.700 metros hacia el sur. Hasta no hace mucho era una zona con grandes plantaciones de parrales y, en menor medida, algunos álamos.

Con el correr del tiempo y por los embates de la economía, producir no solo no era rentable, sino que solo acarreaba pérdidas para el dueño del terreno. Por esa razón es que muchos propietarios abandonaron las plantaciones, lo que acompañado por el secado de las napas hizo que la falta de agua hiciera el aporte que hacía falta para abandonar esos terrenos definitivamente.

Es un lugar que tiene una ubicación privilegiada, empalma acceso Este con avenida de circunvalación y en diez minutos se puede estar llegando al centro. Es una zona altamente transitada por la presencia del acceso Este de ruta 20.

Calle México conecta a dos departamentos, Santa Lucía y Rawson. En esos 1.700 metros hay varios loteos privados, cuatro barrios privados con distinto grado de avance y ocupación y hay dos más en pleno proceso de desarrollo.

Aunque los vecinos de la zona están al día con el pago de sus tributos provinciales y municipales, están librados a la buena de Dios: no solo no posee pavimento, sino que el enripiado está en pésimo estado, hay zonas donde OSSE debió reparar alguna conexión de agua y al remover el suelo solo quedó en superficie una tierra blanda que es comparable con talco y genera dificultad para el paso de los autos y un polvo constante en suspensión.

Tampoco hay buen servicio de recolección de residuos domiciliarios, si bien en los últimos tiempos el municipio de Rawson colocó contenedores, el paso del camión no es aceitado y se puede observar el amontonamiento de bolsas con el consiguiente daño que hacen los perros que merodean por el lugar.

Tampoco hay una buena calidad de provisión de electricidad, al menor viento las viviendas quedan a oscuras y la reposición del servicio por parte de Energía San Juan es demoroso.

No hablemos de la calidad del servicio del alumbrado público, con viejas farolas que permanecen por días encendidas en forma permanente y para que el municipio solucione el tema pasan meses.

Pero el peor de los males que afecta a los vecinos de la zona son los robos constantes y la sensación de que es zona liberada. Muchas de las viviendas cuentan con sistema de cámaras de seguridad y en numerosas oportunidades captaron cuando los delincuentes ingresaban en una vivienda donde los moradores estaban ausentes, o creyendo que la vivienda estaba sola en ese momento entraron por un botín y al encontrarse con los dueños sembraron pánico con armas, golpes y amenazas.

Todo este relato no forma parte de una obra de suspenso, son datos aportados por los propios vecinos, algunos de los cuales sufrieron dos robos en doce horas o site robos salvajes desde que habitan el barrio, solo dos o tres años.

Hubo numerosas denuncias en la policía, van, miran, recogen datos y nunca hay solución, salvo en las últimas horas cuando los propios dueños de la vivienda atacada lograron a detener a dos de cuatro ladrones que ingresaron robaron, amenazaron, se fueron y a las pocas horas volvieron.

El pecado de los habitantes de la zona es trabajar duramente, levantar una casa digna pero sin lujos y buscar la tranquilidad de una zona excepcional, tranquilidad que hasta el momento no logran encontrar.

 



Ahora comúnicate con nosotros vía Whatsapp - 2644586173

El dedo en la llaga